El Defensor del Profesor registra diez denuncias al día de docentes víctimas de acoso y violencia en las aulas
SARA CAMPELO / MADRID. ABC.18/11/2010.
Un total de 14.529 docentes víctimas de violencia en las aulas han denunciado ya su caso al Defensor del Profesor en sus cinco años de funcionamiento. Con una media de diez llamadas al día, este servicio del sindicato de profesores ANPE, se confirma como un crudo observatorio de la realidad en las escuelas españolas.
Conductas agresivas, amenazas, insultos, problemas para dar clase, falta de comprensión por parte del colegio y acoso a través de la Red. Ejercer la docencia se ha convertido en una profesión de riesgo en nuestro país. Así lo atestigua el último informe del Defensor del Profesor, que en el curso 2009-2010 detectó un incremento de las llamadas de los docentes hasta llegar a las 3.998 en ese año. La mayoría de las quejas y denuncias de los maestros se centran en la dificultad de dar clase (28%), conductas agresivas del alumnado (14%), acoso y amenazas así como grabaciones y difusión de fotos de los docentes en internet. Precisamente, esta categoría es una de las que más alarma al coletivo, «dado el repunte que ha tenido este año respecto al curso pasado», explica Nicolás Fernández, presidente de ANPE.
Otro de los datos más significativos de este estudio es que las situaciones de acoso y amenaza por parte de los alumnos hacia los docentes también sufren un aumento, ya que ha pasado de representar el 18% de las llamadas en el curso 2008-2009 al 22% en el pasado. También han crecido las presiones para modificar las notas (del 5% al 7%).
Padres agresores
Aunque la mayoría de los conflictos se desarrollan en el ciclo de Educación Secundaria (el 45% de las llamadas recibidas el curso pasado), cabe destacar el importante puesto que empiezan a tomar las agresiones a profesores de Educación Primaria, que protagonizan el 38% de las llamadas recibidas. En este apartado cabe destacar cómo en muchas ocasiones son los propios progenitores de los alumnos los que profieren las amenazas e insultos. De hecho, el informe anual del Defensor del Profesor evidencia que el acoso y las amenazas de padres hacia los profesores ha aumentado un 4 por ciento en un año debido al uso de las nuevas tecnologías.
Desde ANPE destacan una reducción de las denuncias de conflictos menores. «En este informe hemos registrado menos quejas en la categoría de problemas para dar clase, lo que nos hace pensar que desde el curso pasado se ha avanzado en el respeto y la disciplina dentro de las clases. No cabe duda de que esto es fruto del trabajo que estamos desempeñando para concienciar a las Comunidades autónomas sobre la urgencia de crear normativas que regulen la convivencia en los centros educativos», justifica Nicolás Fernández.
Concienciar a la sociedad
Desde este servicio de atención inmediata y gratuita puesto en marcha por ANPE hace cinco años, se ofrece un amplio abanico de servicios que incluye el asesoramiento, la protección, la gestión ante la administración y la denuncia ante los juzgados.
Según recuerdan sus responsables, desde el Defensor del Profesor se ha abierto un debate social sobre la conflictividad en las aulas fruto de la cual «las administraciones educativas han empezado a buscar soluciones», presume Fernández.
La campaña impulsada por este sindicato el pasado verano bajo el título «Yo también soy defensor del profesor», ha cosechado ya el apoyo de 80.000 personas, entre las que destacan personalidades del mundo de la política, la cultura y el deporte. Asimismo, esta organización ha impulsado otra iniciativa para animar al maestro a reconocer el valor de su profesión. «Cada docente es necesario, sólo así se consigue el avance de los estudiantes», concluyen desde ANPE.
Un profesor tiroteado en Salamanca por encargo de unos de sus alumnos relata a ABC su drama J. M. AYALA/J. GILES / VALLADOLID, 18/11/20101
Con una entereza que sorprende, aunque «la procesión va por dentro», uno de los dos profesores de un centro de FP tiroteados días atrás en Salamanca presuntamente por los «amigos» de un alumno resentido, narra a este periódico una experiencia que le ha hecho «temer» por su familia» y que ha llevado a su compañero «a una situación de mucha angustia» por la que continúa «de baja».
Todo comenzó en mayo cuando Juan Luis, como tutor del grupo al que pertenecía el estudiante —«sin interés por aprender y con muy malas ideas»— sustrajo una batería de coche. Tras descubrirle, «nos dijo que el asunto lo “arreglaría” un amigo suyo externo al centro y con antecedentes penales». La amenaza se hizo realidad un mes después. «Oí una detonación y pensé que era un cohete. Luego otra». «Supe que eran disparos cuando vi al coche salir zumbando del lugar. «Aunque no lo analicé mucho, ya por la noche no pude dormir». Se propuso que la vida siguiera «igual», por lo que fue al instituto al día siguiente y «allí supe que a mi compañero le había pasado lo mismo» —en este caso, al parecer, como venganza por haberle suspendido—.
Chicos rebeldes
Ataron cabos y recordaron las palabras de un joven al que define como «peligroso» y que se dedica a «captar a los más rebeldes» del centro. El chico, de unos veinte años, también continuó yendo a clase, «pero no hemos hablado». Lo que más «nos preocupa» es que esta acción «no es fruto de un acaloramiento de los chicos», sino que ha sido «una actuación premeditada, que nos hayan seguido hasta casa, que vengan de las maneras que vinieron, con un vehículo de gran cilindrada, en sentido contrario, muy despacio y con las luces apagadas».
La Policía ya ha identificado a los presuntos autores, amigos del estudiante. Ellos hicieron el trabajo sucio. Uno conducía y el otro disparaba desde el maletero.
jueves, 18 de noviembre de 2010
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