Las 27 oficinas y las 5 «embajadas» duplican funciones que realizan las legaciones españolas
ABC / BARCELONA 03/01/2012
Cataluña responde a Exteriores que ya está reestructurando su red en el extranjero.
Artur Mas no recorta ni en embajadas ni en lengua catalana.
Exteriores propone a las regiones cerrar servicios en el exterior y destacar a sus funcionarios a las embajadas.
García-Margallo anuncia la limitación de los «embajadores políticos» a excepciones
El blog de Luis Ayllón: «El Ministerio de Exteriores cambia de traje» Cataluña es una de las Comunidades Autónomas que mayor presupuesto invierte en representación exterior pese a la crisis que atraviesa y a los recortes que se ha visto obligado a practicar Artur Mas en áreas como sanidad, educación y función pública. Su red comercial (27 oficinas), sus cinco «embajadas» —seis antes de anunciar el cierre de la de Buenos Aires— y sus delegaciones de promoción turística y cultural (todas suman sobre el medio centenar) costaron 32,8 millones en 2011. Para 2012, el presupuesto es de 26,9 millones. La cifra, como la de 2011, incluye los proyectos de cooperación al desarrollo, que supusieron el pasado año 22 millones.
La representación catalana en el exterior es tan amplia que se producen las duplicidades que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, quiere evitar. Todas las oficinas catalanas menos la de Bruselas fueron creadas durante la época del tripartito, con ERC como principal impulsora de la proyección exterior catalana.
El mantenimiento de las cinco delegaciones en concreto ascenderá a 1,1 millones en 2012, la misma cifra que en 2011. Todas se encuentran en zonas exclusivas de las ciudades en las que se instalaron. La de Nueva York, por ejemplo, está en el Rockefeller Plaza (con un coste de 475.000 euros al año), un barrio acomodado de París acoge la «embajada» en Francia (416.000 al año), mientras que la de Londres está en un pintoresco edificio en Fleet Street. Los delegados, con rango de director general, cobran 87.500 euros al año.
Plan de racionalización.
El pasado martes, y fruto de la presión ejercida por el PP a cambio de aprobar los presupuestos, el gobierno catalán anunció la reestructuración de sus delegaciones en el exterior con objeto de racionalizar el gasto y centrar su actividad en la promoción económica. Se trata, explicó el portavoz del gobierno catalan, Francesc Homs, de avanzar hacia una «diplomacia económica». Como primera medida se anunció el cierre con fecha 1 de enero de la «embajada» en Buenos Aires, cuyas funciones pasará a asumir la delegación comercial catalana en Argentina, que cubre también Chile y Uruguay.
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