El Gobierno reconoce su fracaso para frenar el abandono escolar
El Gobierno no ha logrado frenar el abandono escolar prematuro que, desde hace diez años, permanece estancado en un 30 por ciento. Así lo reconoció ayer la ministra de Educación, Política Social y Deporte, Mercedes Cabrera, en su comparecencia en la Comisión correspondiente del Congreso de los Diputados.
La ministra aseveró que ese 30% de escolares que no continúan sus estudios tras la enseñanza obligatoria (ESO) es una tasa que «nos distancia de nuestros vecinos europeos y descapitaliza nuestra sociedad».
El Gobierno no ha logrado frenar el abandono escolar prematuro que, desde hace diez años, permanece estancado en un 30 por ciento. Así lo reconoció ayer la ministra de Educación, Política Social y Deporte, Mercedes Cabrera, en su comparecencia en la Comisión correspondiente del Congreso de los Diputados.
La ministra aseveró que ese 30% de escolares que no continúan sus estudios tras la enseñanza obligatoria (ESO) es una tasa que «nos distancia de nuestros vecinos europeos y descapitaliza nuestra sociedad».
En relación con estos datos, Cabrera indicó que se trata de «un problema de Estado» que «afecta a todas las Administraciones», tanto al Gobierno como a las autonomías.
Según datos oficiales, sólo el 61,1% de la población de entre 18 y 24 años ha completado estudios de Secundaria postobligatoria (Bachillerato y Formación Profesional), cuando la media europea es del 77,8%. La Declaración de Lisboa fija como objetivo para 2010 que en la Unión Europea (UE) el índice de titulados en esos niveles se sitúe en el 85%.
Europa identifica abandono prematuro con fracaso escolar, mientras España diferencia ambos conceptos. En nuestra interpretación, las tasas de fracaso se refieren a los alumnos que no consiguen acabar la enseñanza obligatoria (ESO) y llegan al 29,6%.
El abandono será un asunto primordial en la Conferencia de presidentes autonómicos sobre Educación y se debatirá en la próxima Conferencia sectorial, según anunció la ministra. Este preocupante fenómeno sirvió de hilo conductor al discurso programático de Cabrera para esta legislatura. Planteó la evaluación del sistema educativo como un instrumento indispensable para lograr una educación de calidad. Anunció que se pondrá en marcha una evaluación del sistema educativo español, similar al informe Pisa, que será «fundamental para mejorar los resultados de los estudiantes». Además, desde el próximo curso (2008-09) y en cumplimiento de la LOE, se iniciarán dos evaluaciones de diagnóstico. Una en 4º de Educación Primaria (9-10 años) y otra en 2º de Educación Secundaria (13-14 años).
El abandono será un asunto primordial en la Conferencia de presidentes autonómicos sobre Educación y se debatirá en la próxima Conferencia sectorial, según anunció la ministra. Este preocupante fenómeno sirvió de hilo conductor al discurso programático de Cabrera para esta legislatura. Planteó la evaluación del sistema educativo como un instrumento indispensable para lograr una educación de calidad. Anunció que se pondrá en marcha una evaluación del sistema educativo español, similar al informe Pisa, que será «fundamental para mejorar los resultados de los estudiantes». Además, desde el próximo curso (2008-09) y en cumplimiento de la LOE, se iniciarán dos evaluaciones de diagnóstico. Una en 4º de Educación Primaria (9-10 años) y otra en 2º de Educación Secundaria (13-14 años).
Ampliar la escolarización.
Algunas comunidades autónomas, como Madrid, ya aplican las llamadas pruebas de nivel sin valor académico en 6º de Primaria y 3º de Secundaria, que deberán convivir con las establecidas por la LOE.
Como fórmula para atajar el fracaso, la ministra mencionó también «la atención individualizada a los alumnos o la diversificación curricular» y el impulso de las enseñanzas técnico-profesionales. Además, habló de evaluar y ampliar el sistema general de becas y se comprometió a retomar la elaboración del Estatuto de la Función Pública Docente, que la pasada legislatura se convirtió en una asignatura pendiente.
En definitiva, Cabrera enfatizó que «es en el contexto de desarrollo de la LOE» donde su departamento llevará a cabo políticas encaminadas a «ampliar el periodo de escolarización de nuestros estudiantes, y mejorar el rendimiento académico, dotar de mayor flexibilidad al sistema educativo y reforzar su calidad mediante políticas de evaluación». Advirtió también que la LOE «cierra el reciente ciclo de reformas educativas», ya que «no habrá nuevas reformas legislativas en los próximos años y ello garantizará la estabilidad del sistema».
En el transcurso de la sesión, los portavoces de los grupos parlamentarios rebatieron algunas de las manifestaciones de Cabrera, pero dejaron abierta la esperanza al diálogo y la negociación. Tanto el Gobierno como el PP, principal grupo de la oposición, se mostraron dispuestos a buscar un pacto que confiera estabilidad al sistema educativo.
Así lo expresó la ministra al portavoz del PP, Gómez Trinidad, matizando que defenderá los principios en los que cree. El portavoz popular aseguró que el problema de la educación requiere «una solución consensuada», pero pretextó que no habrá tal acuerdo si la ministra tiene más interés en entenderse con las minorías que con el PP.
Como fórmula para atajar el fracaso, la ministra mencionó también «la atención individualizada a los alumnos o la diversificación curricular» y el impulso de las enseñanzas técnico-profesionales. Además, habló de evaluar y ampliar el sistema general de becas y se comprometió a retomar la elaboración del Estatuto de la Función Pública Docente, que la pasada legislatura se convirtió en una asignatura pendiente.
En definitiva, Cabrera enfatizó que «es en el contexto de desarrollo de la LOE» donde su departamento llevará a cabo políticas encaminadas a «ampliar el periodo de escolarización de nuestros estudiantes, y mejorar el rendimiento académico, dotar de mayor flexibilidad al sistema educativo y reforzar su calidad mediante políticas de evaluación». Advirtió también que la LOE «cierra el reciente ciclo de reformas educativas», ya que «no habrá nuevas reformas legislativas en los próximos años y ello garantizará la estabilidad del sistema».
En el transcurso de la sesión, los portavoces de los grupos parlamentarios rebatieron algunas de las manifestaciones de Cabrera, pero dejaron abierta la esperanza al diálogo y la negociación. Tanto el Gobierno como el PP, principal grupo de la oposición, se mostraron dispuestos a buscar un pacto que confiera estabilidad al sistema educativo.
Así lo expresó la ministra al portavoz del PP, Gómez Trinidad, matizando que defenderá los principios en los que cree. El portavoz popular aseguró que el problema de la educación requiere «una solución consensuada», pero pretextó que no habrá tal acuerdo si la ministra tiene más interés en entenderse con las minorías que con el PP.
Prometo abordar este tema, con tiempo, porque lo necesita.
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