abc. 29/04/2013
A pesar del elevado ritmo de
apalancamiento público, nuestro país aún está por debajo de la media europea o
de países como Italia y Francia
Una deuda pública disparada
Los tres años que ha tardado el Tesoro
en recuperar los niveles de interés de la deuda que pagaba en 2010 han salido
caros.
Desde entonces, el endeudamiento de las finanzas públicas ha pasado de
suponer el 61,5% del Producto Interior Bruto en 2011 al 86,9% en el que cerró
el pasado mes de febrero. Es decir, el pasado año el apalancamiento público
aumentó en 147.405 millones de euros, el mayor incremento recogido durante doce
meses en España, entre los que se incluye la ayuda europea a la banca.
Nuestro país aún tiene recorrido para
corregir la tendencia.
Su ratio de deuda pública sobre PIB es menor que el de
la media europea (90,6%) o el de países como Francia (90,2%) o Italia (127%).
Este recorrido se traslada al interés desde los inversores extranjeros. Desde
agosto hasta febrero, la deuda del Estado ha aumentado en 60.919 millones, de
los cuales el 80% (48.546 millones) ha sido financiado por no residentes.
La tendencia continúa.
Así, para 2013,
el Estado pretende colocar entre 215.000 y 230.000 millones en deuda, de los
que ya ha conseguido 92.900 millones: entre el 40,4% y el 43,2% del total.
En
cuanto a necesidades financieras, en 2013 el Estado requiere 120.213 millones
para cubrir el déficit y pagar vencimientos de bonos y obligaciones.
A ello
habría que añadir los 32.958 millones previstos para el Fondo de Liquidez
Autonómico y 3.809 millones de aportación al Mecanismo Europeo de Estabilidad.
Junto a otros conceptos, estas partidas elevan las necesidades totales en
153.171 millones.
El rápido incremento de la deuda es un
problema enorme.
Este año acabará con entre un 91% y un 92% de deuda sobre el
PIB y en 2014 se elevará por encima del 95%. Poco a poco, la carga de pago
efectivo de intereses va a subir, porque la base de deuda total se va
incrementando», alerta García Pascual, que avisa que nuestro país necesita un
plan a largo plazo para volver a tener superávit primario, es decir, que los
ingresos del Estado sean superiores a sus gastos sin contar el pago con los
intereses de la deuda y el impacto del ciclo económico. En 2012, el déficit
estructural primario de España fue del 3,5%.
Desde Washington también se acumulan los
avisos: un informe de los economistas del FMI, Luc Eyraud y Anke Weber, alerta
de que los procesos de consolidación fiscal conllevan el aumento a corto plazo
de la deuda pública de los estados. Como fuere, para España el margen de
corrección cada vez es más estrecho
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