España, un país más que pobre,
empobrecido, no tiene respuesta para los que hacen tan poco ruido a pesar de
estar tan cerca.
El mismo día en que sabemos que tenemos
más de seis millones de parados Merkel pide subir los tipos de interés.
Ya vale. Quizás es la hora del conflicto
y plantarse: quien evita los problemas los pierde, eso seguro.
La política que nos imponen terminará
con nosotros, que ya hemos pagado por el pecado de creernos ricos sin serlo.
Robert Kennedy le dijo una vez a su
hermano John, a propósito de la crisis de los misiles, que cuando ya no hay
nada que decir lo mejor es decir la verdad.
Eso y no otra cosa espero de quienes
gobiernan.
Digan la verdad, por favor. Aunque esa
verdad no tenga remedio y el poeta siga preguntándose: ¿Cómo evitar el
simulacro/ cómo vivir sin desvivirnos?
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