¿Aprobaría
la UE el modelo de inmersión lingüística de una hipotética Cataluña
independiente?
Los
expertos creen que «muy probablemente no».
Aunque
hasta la fecha las autoridades europeas no se han pronunciado sobre el sistema
en cuestión, la legislación internacional y la filosofía lingüística que impera
en la UE conducen a pensar que Bruselas difícilmente validaría el modelo de la
Generalitat.
Un
derecho internacional
Un
ejemplo de esta última opción es Luxemburgo, donde las clases se dan en luxemburgués,
alemán y francés, que introducen gradualmente en este orden. Como ejemplos de
doble red, Vilarubias alude a Finlandia (finés y sueco), Gales (inglés y galés)
o Irlanda (irlandés e inglés), entre otros.
El
derecho a la educación en lengua materna se articuló internacionalmente como
derecho de la infancia hace más de medio siglo. Europa se rige en estas
cuestiones por La Carta Europea de las Lenguas Regionales y Minoritarias
(1992), que especifica que los hablantes de lenguas minoritarias deben poder
educarse en su lengua materna, pero deja claro que «el sistema no ha de ser
obligatorio para todos los niños» como es el caso de Cataluña.
Vilarrubias
cree contraproducente la inmersión porque es «obligatoria». Rechaza también la
atención individualizada y extender el bilingüismo a una aula, como recoge el
TSJC: «Lo óptimo es una educación bilingüe para todo el sistema».
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