Deterioro del sector laboral,
Aaumento
del déficit y la morosidad bancaria,
Retroceso del PIB...
El declive económico ha traído un
vendaval de malos datos que han arrasado con las saneadas cifras económicas de
las que España presumía allá por 2007.
El porcentaje de la actividad económica
resume todo lo perdido: de un 3,5% de crecimiento en 2007 a los números rojos
del -1,4% del año pasado.
El sector más perjudicado por la crisis
en España: el del empleo.
La tasa de paro ha pasado en cinco años
de un 8,6% a un 26,02% con 5.965.400 personas desempleadas (al cierre de 2012).
De la España dorada para los inmigrantes
de la burbuja inmobiliaria y la creación de puestos de trabajo poco
cualificados hemos pasado al extremo contrario: sequía laboral y emigración de
jóvenes españoles al exterior.
El problema, a corto plazo, no tiene
visos de solución.
La última EPA del primer trimestre de
este año ha arrojado datos de más de seis millones de parados en España con una
tasa del 27,16%, que según las últimas previsiones del Gobierno ya ha tocado
techo.
Las razones de un ritmo tan elevado de
destrucción de empleo frente a otros países europeos radica en factores como la
rigidez laboral y en hábitos culturales como la falta de movilidad interna,
según explica el profesor de Economía de ESADE, Pere Puig.
Marcel Jansen, profesor de Teoría
Económica de la Universidad Autónoma de Madrid, avisa de que la vuelta al
crecimiento no resuelve todos los problemas.
Más de la mitad de los parados tiene
como máximo el grado escolar o lleva más de un año en paro. Para garantizar que
estos trabajadores van a ser capaces de encontrar trabajo en la recuperación es
fundamental ejecutar una gran reforma en políticas activas que cree puestos de
trabajo para los desempleados poco cualificados y que proceden del sector de la
construcción.
Mientras el paro avanza, aumentan las
prestaciones a pagar y se reducen los cotizantes, las arcas públicas se vacían
de forma progresiva.
Si en 2007 contaban con un saldo
positivo de 14.000 millones, al final del año pasado entraban en números rojos
con un desfalco de más de 10.000 millones.
Una situación que llevó al Gobierno de
Rajoy a pagar las pensiones en dos ocasiones en 2012 con recursos del Fondo de
Reserva, que terminó en diciembre con una hucha de 63.400 millones.
Sobre las dificultades del Gobierno para
pagar prestaciones y pensiones, el profesor Puig cree que hay que revisar con
mucha «dureza» las condiciones de esos préstamos y que acortar el paro será una
medida irremediable a corto plazo.
El equilibrio de las cuentas públicas es
una condición indispensable para cosechar la confianza de las autoridades
europeas y los mercados, según recuerdan los economistas consultados por ABC.
Para el Gobierno español, es la gran
asignatura pendiente.
Si en 2007, nuestro país registró un
superávit público de 23.368 millones de euros, equivalente a un 2,23% del
Producto PIB, en 2012 cerró con un déficit del 6,98% que al tener en cuenta las
ayudas a la banca, asciende al 10,6%.
Para finales de este año, España ha
situado el objetivo de déficit en el 6,3% frente al 4,5% que Bruselas marcó en
un principio.
En la misma línea, la deuda pública, que
aún se mantiene por debajo de la media de la zona euro (90,6%), alcanzó a
finales del año pasado una tasa del 84,2% del PIB frente al 36,30% de 2007.
El profesor de Fundamentos del Análisis
Económico de la Universidad Complutente, José Ignacio Conde-Ruiz, pone de
manifiesto que para conseguir la consolidación fiscal se necesitan «una reforma
impositiva radical que elimine las ineficiencias actuales y las reformas
estructurales necesarias para el crecimiento».
Quienes también han pagado la crisis con
creces son los medianos y pequeños empresarios.
La falta de crédito y la creciente caída
del consumo auspiciada por el desempleo y los recortes llevaron a 391.270 pymes
a echar el cierre durante el año 2012 y a otras 376.945 en 2011. En total, casi
1.900.000 pequeñas y medianas empresas han desaparecido en cinco años y medio,
según datos aportados por Cepyme.
La caída del flujo monetario por el paro
y el estancamiento del consumo han empujado a muchos empresarios a cerrar sus
negocios. Todo ello unido a la caída del crédito bancario a compañías y
hogares. Así, si en 2007, la tasa de financiación a sociedades no financieras y
hogares era del 17,7% y del 12,5% respectivamente; en 2012 fueron negativas,
del -6,2% y del -3,7%.
El problema bancario, atenuado con dos
reformas financieras por De Guindos y el préstamo bancario europeo acordado en
junio de 2012, no se solucionará hasta que no se tomen «medidas drásticas» como
la liquidación de alguna entidad financiera, en opinión del profesor de
Economía de ESADE, Pere Puig.
El profesor Marcel Jansen también
considera que hacen falta más iniciativas para que los bancos vuelvan a dar
crédito y pierdan el miedo a los impagos, entre ellos, señala los programas
ingleses de financiación a pymes, que trasladados a nuestro país, requerirían
el apoyo del BCE. Mientras, el sector bancario sigue enfrentándose a un
panorama lleno de incertidumbres: «El desempleo aumentará los impagos y pueden
abrirse nuevas grietas en las entidades financieras», apunta el profesor de
Teoría Económica de la Autónoma.
Por último, observamos que el único
sector que ha mejorado en España por el tirón a la baja de los precios y los
salarios es el de la balanza de pagos y las exportaciones que, según las
previsiones del Gobierno, acabará 2013 con superávit. Ya en 2012, España logró
reducir el déficit comercial a 8.527 millones de euros frente a los 106.201
millones de 2007.
Para Jansen, tanto las exportaciones
como la llegada de inversión extranjera serán claves de la recuperación ahora
que que la demanda interna es débil. Por ello, la moderación de los salarios y
nuevas reformas para potenciar la entrada de inversión foránea ayudarán a que
España sea capaz de devolver la deuda y a frenar la fuga de cerebros al
extranjero.
Por su parte, Conde-Ruiz pone de relieve
que para mejorar la actividad económica es necesario tanto crear un entorno
económico que haga que la inversión sea atractiva en nuestro país como la
mejora del capital humano.
No obstante, este activo no será
suficiente para salir de la crisis; los analistas preguntados coinciden en que
tendría que aumentar el peso del sector de las exportaciones en la economía (un
30% del PIB, actualmente) para sacar a España del agujero en el que lleva
inmersa alrededor de unos cinco años y medio.
(Fuente ABC)
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