lunes, 29 de abril de 2013

¿Donde se esconde el dinero?



La gran evasión
susana alcelay/mª jesús pérez
ABC, 22/04/2013 - 09.49h
Son casi medio centenar, pagan pocos impuestos y mueven un botín de más de 175.000 milllones de euros procedentes de España
El oro se llama ahora divisas y no está bajo tierra o en una cueva recóndita, está fuertemente protegido en cámaras acorazadas en los bancos.
Sus propietarios ya no huyen de puerto en puerto, ahora se dedican al negocio del ladrillo, al blanqueo de capitales, al cobro de comisiones, a la financiación de grupos terroristas...
Aunque no siempre es ilegal depositar un tesoro en un paraíso fiscal... todo depende de si el tesoro se declara o no.

Luis Bárcenas, Iñaki Urdangarín, Oriol Pujol Ferrusola, Jérôme Cahuzac... Todos tienen algo en común, su nombre está asociado a paraísos fiscales, de nuevo de plena actualidad por las triquiñuelas de aquellos que manejan grandes capitales y no están dispuestos a declarar ni un solo euro en el país. Pero ¿qué es un paraíso fiscal? ¿De qué ventajas disfrutan los evasores? ¿Cuánto dinero de evasores españoles se mueve en estos destinos?

Son casi medio centenar, están exentos o prácticamente exentos de impuestos y según la OCDE, custodian en torno al 25% del PIB mundial, doce puntos más que hace solo cuatro años.
Y... ¿cuáles son los centros «offshore» guarecidos bajo el paraguas europeo?
La lista negra de 48 paraísos fiscales aprobada por real decreto del Gobierno español en 1991 incluye 18 paraísos europeos.

Entre ellos hay tres socios de la Unión Europea con los que España comparte moneda:
*.- Luxemburgo,
*.- Chipre y
*.- Malta.

Cuatro microestados:
*.- Andorra,
*.- Mónaco,
*.- San Marino y
*.- Liechtenstein.

Nueve satélites de la City londinense:
Las islas del Canal de la Mancha -Guernsey y otros islotes menores-, la isla de Man, Gibraltar y los seis territorios británicos de ultramar, es decir, el archipiélago de las Bermudas y las islas del Caribe (Caimán, Vírgenes Británicas, Anguila, Montserrat, Turcas y Caicos). Y dos refugios caribeños donde ondea la bandera de los Países Bajos: Aruba y las Antillas Holandesas.

Las grandes evasiones de impuestos suponen un quebradero de cabeza para las maltrechas finanzas de algunos países, especialmente, en momentos de crisis.
En España el 91% de las compañías que cotizan en el Ibex tenían sedes abiertas en paraísos fiscales en 2011, un año antes el 86%, según el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa. Estimaciones de los técnicos de Hacienda (Gestha) situaron en más de 175.000 millones el dinero que los españoles tenían depositados en paraísos fiscales en 2010.

Una reciente investigación divulgada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación reveló que 130.000 políticos y empresarios de todo el mundo utilizan paraísos fiscales para hacer sus negocios y esconder su dinero, entre ellos figuraban personajes de la talla de la baronesa Carmen Cervera.
«Si bien hasta 2009 se venía apreciando una caída de la inversión española en esos territorios, la acentuación de la crisis, el mayor riesgo-país de España y el aumento de la presión fiscal tanto para empresas como para particulares con altas rentas trajo consigo un nuevo repunte en la deslocalización de capitales españoles», apunta Jorge Sánchez del despacho Montero/Aramburu.

Añade que «todo parece indicar que el ímpetu en la lucha contra el fraude fiscal, unido a la amnistía fiscal, y a la nueva obligación de declaración de bienes y derechos situados en el extranjero está generando ahora una fuerte reducción de la inversión no declarada en los países de baja tributación o con secreto bancario, se encuentren o no incluidos en el listado español de paraísos fiscales».

La amnistía fiscal impulsada por el Gobierno de Mariano Rajoy para sanear la cuentas públicas ofreció un impuesto único y lineal del 10% a las personas físicas y jurídicas que afloraran el dinero negro por el que no habían abonado impuestos. ¿Que ocurrió? Gestha estima que el patrimonio declarado por esos evasores acogiéndose a la amnistía apenas supuso el 6% del dinero negro oculto. Sus datos apuntan a que el 71% de la evasión fiscal es obra de grandes fortunas y empresas; en tanto que la fuga impositiva global de los trabajadores autónomos apenas representa el 8% y la de las pymes, el 12%.

Jorge Sánchez recuerda que la amnistía fiscal permitió aflorar 40.000 millones no declarados hasta ese momento. Y puntualiza que ese capital regularizado generará ingresos tributarios de forma recurrente en IRPF e Impuesto sobre el Patrimonio en los próximos años, pero no se integra necesariamente en el circuito económico español, dado que regularización no supone repatriación del capital a España. «Frente a lo que ocurrió en procesos de regularización anterior, en esta ocasión no se exigía traer de vuelta a España el dinero regularización. Y mientras el contexto económico nacional no mejore, y continúen existiendo dudas sobre nuestro sistema bancario, España seguirá perdiendo inversiones de capital, nacional y extranjero, y los contribuyentes aministiados seguirán manteniendo los fondos en el extranjero».

Un estudio realizado por el grupo Tax Justice Network revela que existen entre 17 y 26 billones de euros escondidos en paraísos fiscales, que habrían aportado 230.000 millones en concepto de recaudación por impuestos a las arcas de los países de todo el mundo. Este grupo, dirigido por el antiguo economista principal de la consultora McKinsey, James Henry, estima que estas cantidades están concentradas en «jurisdicciones enormemente proteccionistas», como Suiza o las islas Caimán, con la ayuda de bancos privados que tienen el objetivo de atraer a los llamados «individuos de alto valor neto». La riqueza de estas élites económicas, según Henry, está «protegida por un grupo de profesionales, muy bien pagado y disciplinado, que se aprovechan de una economía global cada vez más transfronteriza y con menos fricciones».

De acuerdo con el estudio, los estados ricos en petróleo son especialmente propensos a depositar su riqueza en estas cuentas, en lugar de invertir en su propio país. Países como Rusia, por ejemplo, solo potenciaron su inversión nacional una vez que recibe los intereses de los casi 640.000 millones de euros depositados en el paraísos fiscales desde principios de los 90.

Es un negocio rentable al que medio mundo vuelve a decir basta como, por otro lado, lo ha venido haciendo, desde hace 40 años. Ahora es Europa y muy intensamente algunos de sus socios, como François Hollande, el que la pasada semana declaraba la guerra a los paraísos fiscales, a la alta delincuencia financiera y a los defraudadores franceses y europeos. Hollande respondía de esta forma tras la revelación de que su exministro de Hacienda, Jérôme Cahuzac, mantuvo durante 20 años cuentas secretas en el extranjero.

Tras un reciente escándalo sobre fraude fiscal publicado recientemente, era la Unión Europea en bloque la que anunciado que pondrá bajo la lupa los distinguidos refugios de las fortunas mundiales. Luxemburgo ha sido el primero en coger el testigo y relajará su secreto bancario. Pretende unirse a partir del 1 de enero de 2015 a los otros 25 Estados miembros que ya utilizan este método. Austria, que hasta 2002 tenía un secreto bancario que estaba acompañado por el anonimato completo de las cuentas, está dispuesta a negociar con sus socios el intercambio de datos sobre extranjeros en el país para luchar contra la evasión fiscal.

Y Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y España ya han dado el primer paso y han abierto el debate para reforzar el sistema de intercambio de información automática, con un acuerdo para la puesta en marcha de un «instrumento piloto de intercambio multilateral» de información.

Mientras esto sucede algunos «refugios» han dado un primer paso. Liechtenstein está entre los destinos «offshore» que más preocupaa la UE y también ha reconocido que tendrá que ceder terreno para calmar las críticas a su opaco sistema bancario, aunque Suiza ya ha advertido de que en ningún caso aceptará el intercambio automático de informaciones.

Pero... ¿por qué ahora las iniciativas internacionales supondrán algún cambio? Hasta ahora todas se han quedado en mera declaración de intenciones. En 2001, tras el 11-S, se demostró que se habían utilizado paraísos fiscales con fines terroristas, ese fue el primer punto de inflexión. El siguiente paso vino con la crisis financiera, el G-20 de Londres en 2009 se conjuró contra lo ilícito, pero nada de nada. Los frutos de 2013 aún se esperan.

No hay comentarios: