l.
l. caro
Día
13/04/2013 - 16.05h
Cuatro
socialistas de diferentes generaciones opinan sobre el acercamiento o no del
PSOE a posiciones radicales, que para muchos supondría un seguro descalabro
electoral del socialismo
¿Se
desliza el Partido Socialista hacia la radicalidad en un intento desesperado
por atraer al ejército de descontentos que puebla el mapa del activismo?. Para
algunos históricos, sin duda y, paradójicamente, esa deriva puede suponer el
gran descalabro electoral.
Francisco
Vázquez
La
reflexión que encabeza esta página es suya: «Yo soy uno de los socialistas
preocupados porque vamos a un viaje a ninguna parte». Lo dice Francisco
Vázquez, ex alcalde de La Coruña, ex embajador ante la Santa Sede y paradigma
de ese género de políticos veteranos del PSOE y el PP a los que costaría muy
poco entenderse en estos tiempos difíciles por encima de cualquier deriva
oportunista.
Para
Vázquez, su partido está «exactamente, en dirección contraria», «desviándose a
posturas que ni siquiera son de izquierdas, sino antisistema, y que
—advierte—le abren un futuro anclado en pactos con separatistas, que serán la
demostración más palpable de que el PSOE está desnortado ideológicamente». A su
juicio, inmerso en esos derroteros, el socialismo «está desnaturalizando el
papel que tiene que jugar en la sociedad española, su compromiso claramente
constitucional y la homologación con la socialdemocracia europea», males que se
suman «a que se ha perdido la propia idea de el PSOE es un partido nacional y
se ha convertido en una federación de partidos». La factura, lamenta el
veterano político, se pagará en las urnas «como ya pasó en las últimas
elecciones».
Emiliano
García-Page
El
líder del socialismo castellano-manchego, vocal también de la Ejecutiva del
partido, lo ve «claro: en el PSOE no existe ningún cambio de estrategia que
conduzca a la modificación de nuestras posiciones elementales», y para ilustrar
que las siglas no se están escorando hacia el radicalismo recuerda, por
ejemplo, que «el gran perjudicado del 15-M fue el PSOE». Lo fue, añade, porque
en los mensajes de aquel movimiento —que rescata como «comprensible»—, PSOEy PP
fueron identificaron como lo mismo, y aquello caló en la opinión pública.
Emiliano
García-Page considera dentro de la normalidad la propuesta del PSOE de ampliar
a toda España la expropiación temporal de la vivienda a los bancos decretada en
Andalucía. «En una situación tan excepcional se requieren medidas
excepcionales», defiende, aunque él tuvo oportunidad de plantearlo el jueves en
Castilla-La Mancha y no lo hizo. Pero no lo rechaza:«La nacionalización de
Bankia, el banco malo, es una gran intervención pública, pero para quedarse con
la vivienda sucia... los mismos no pueden criticar a quienes decidir intervenir
ahora de forma limpia».
Otra
cosa es la tibieza con los escraches, ahí Page no comparte ambigüedades: «No
podemos defender ningún tipo de acoso a la vida personal, eso no es opinable».
Joaquín
Leguina
Joaquín
Leguina tira de la lógica de estudios «perfectamente calculados», según los
cuales en las eleciones de 2011 «al PSOE se le fueron 1,5 millones de votos al
PP y a IU apenas 500.000 o 600.000» para advertir que es en el caladero del
centro, y no en el más radical, donde el socialismo tiene que recuperar su
espacio.
«¡Las
posiciones izquierdistas al PSOE siempre le han salido mal!», proclama quien
fuera secretario del PSM, presidente de la Comunidad de Madrid y, desde hace
tiempo, azote de un socialismo que ve «dispuesto a fundar la III Internacional»
y al que, en ese caso, vaticina «que perderá cada vez más votos por competir en
un espacio acotado, que es el mismo de IU».
Leguina
reclama las señas de identidad de las que el PSOE dotó con Felipe González: «Un
partido de centro-izquierda, socialdemócrata y un partido de Gobierno» y se
muestra muy beligerante con la iniciativa de la Junta de Andalucía gobernada
por José Antonio Griñán en alianza con IU que prevé expropiar casas a los
bancos para abordar el problema de los desahucios. «Los brindis al sol no valen
—advierte—, eso es una huida hacia delante y ganas de perder crédito ante los
ciudadanos que hoy están desesperados..., pero no van a seguir así siempre».
Nicolás
Redondo Terreros
En
una breve conversación con ABC, Nicolás Redondo Terreros dice con pesar que «no
es comprensible, ni razonable que el PSOE esté en la situación que dicen las
encuestas que está» y concluye señalando que el partido «no hizo su Suresnes en
Sevilla (38 congreso, febrero de 2012) y tendrá que hacerlo». El de 1974,
recuerda, fue «dolorosísimo», pero salió un PSOE renovado que a los diez años
consiguió una mayoría absoluta «porque supo adaptarse a la mayoría española».
Entre
medias, el que fuera líder del PSE y hoy abogado alejado de la primera línea
política, encadena una letanía que delata temores: «No debe quedar duda de que
el PSOEdefiende las leyes, no debe quedar ninguna de duda de que no es una
izquierda revolucionaria, ni marxista, ni antisistema... y que tiene una gran
responsabilidad siendo el primer partido de la oposición». ¿Cree que el PSOE
está poniendo en riesgo todo eso?: «Lo veremos en las próximas elecciones», fía
sin atreverse a pronosticar. Para Nicolás Redondo, el PSOE debe ocuparse ya «de
una cuestión central: ser un partido institucional en el espacio de
centro-izquierda» y recomienda: «Es tiempo de acuerdos PSOE-PP».
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