LOS
PARTIDOS POLÍTICOS SAQUEAN A LOS ESPAÑOLES
Luis
María Anson en el diario El Mundo:
400.000
cargos públicos hay en España, 200.000 en Alemania, que nos duplica en
población. La cifra resulta acongojante. Esos 300.000 cargos públicos que
sobran y que se pagan a costa de sangrar a los españoles con impuestos casi
confiscatorios han sido creados por los partidos políticos para colocar en
ellos a sus parientes, amiguetes y paniaguados. Las cuatro Administraciones, la
central, la autonómica, la provincial y la municipal, han puesto en marcha en
los últimos años, cerca de 4.000 empresas públicas, casi todas deficitarias,
muchas absurdas o pintorescas. Eso sí, han sido muy útiles para dar trabajo a
los enchufados de los partidos políticos.
En
1977, las Administraciones contaban con 700.000 funcionarios y empleados;
ahora, con 3.200.000, nombrados a dedo en parte sustancial por los partidos
políticos. Los contribuyentes pagan los sueldos, las extras, los complementos,
las vacaciones, los moscosos, los canosos, los puentes, las ausencias por
enfermedad u otras causas, la luz, la calefacción, el aire acondicionado, el
teléfono, los viajes de trabajo, las dietas, de esos dos millones largos de
funcionarios y empleados públicos que sobran.
Imposible
concretar la cifra de automóviles oficiales que las Administraciones se han
adjudicado. Mientras Cameron en Inglaterra y Hollande en Francia los han
suprimido, incluso para los ministros, aquí se han multiplicado de forma
incesante y superan ya los 60.000. Los ciudadanos costean la caravana
interminable de los coches oficiales, sus seguros, la gasolina, el
mantenimiento y las reparaciones, amén de un número incontable de chóferes y
escoltas. En ciudades como Madrid el derroche automovilístico oficial clama al
cielo. Claro que peor es el número de edificios. Las Administraciones y los
partidos políticos se han adueñado de tal cantidad de palacios, palacetes,
mansiones, casas suntuosas, que resulta casi imposible cifrar los metros
cuadrados que deben pagar los contribuyentes, aparte mantenimiento, limpieza,
reparaciones, seguridad y vigilancia.
Por
otro lado, los partidos políticos gastan sin tino. Según la contabilidad
oficial, y al margen de que existan o no cajas B, el Partido Popular derrochó
en el año 2011, la cantidad acojonante de 133.398.210 euros. Por las cuotas de
los afiliados ingresó 12.303.879 millones y 2 millones por donaciones. Es
decir, el 90% de lo que gasta el Partido Popular es dinero público, puro y
duro. Y lo mismo, o muy parecido, ocurre con los otros partidos y también con
los sindicatos.
El
ciudadano medio ha tardado en darse cuenta del saqueo al que está sometido por
los partidos políticos. Desde hace algunos años, sin embargo, ha tomado conciencia
de los abusos que se nutren de unos impuestos crecientes y abrumadores. Está
harto de pagar para que los políticos se gasten su dinero en el derroche y la
desmesura. Y eso sin entrar en el capítulo de la corrupción que crece
alarmantemente si bien no se puede generalizar. La clase política española es
muy mediocre pero no está corrupta, aunque las excepciones empiezan ya a pasar
de castaño oscuro.
El
despilfarro incesante del dinero público, los abusos de poder, la prepotencia
desdeñosa caracterizan, hoy por hoy, a los partidos políticos que saquean de
forma inmisericorde a los españoles. Se han convertido en el tercero de los
diez grandes problemas que nos acosan. Deberían ser una solución para los
problemas. Para eso existen. Para eso articulan la democracia pluralista. Se
han convertido, sin embargo, no en una solución, sino, repito, en uno de los
graves problemas que agobian a los españoles.
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