ÁLVAREZ DE MIRANDA Y LA TRANSPARENCIA DE
PARTIDOS Y SINDICATOS
El presidente del Tribunal de Cuentas
está harto de las veladuras, retrasos y trapisonderías de los partidos
políticos y los sindicatos.
Tanto los unos como los otros emplean
dinero público para pagar el 90% de sus gastos. Por eso resulta imprescindible
auditar sus cuentas de manera que el contribuyente conozca en qué se gasta
exactamente su dinero.
Cuando, en campaña electoral, el PP
derrocha una fortuna en un mitin gigante en la plaza de toros de Valencia, la
factura no la sufraga el Partido Popular. La pagan a 90% los contribuyentes a
los que se sangra de forma inmisericorde con unos impuestos casi
confiscatorios.
Los dirigentes del PSOE olvidan que los automóviles
del partido que utilizan, la gasolina que consumen, las facturas de los
talleres de reparación, el seguro a todo riesgo, las cuentas de los
restaurantes en que invitan a almorzar, o los viajes que realizan, se pagan a
90% con dinero público. Y otro tano, quizá más, se puede decir de los
sindicatos.
Así es que tiene toda la razón Álvarez
de Miranda al exigir que partidos políticos y sindicatos entreguen sus cuentas
sin retrasos, y lo hagan de forma completa sin veladuras ni cautelas. El
dinero público exige claridad y transparencia. Aún más, lo mejor es que no
se hiciera necesaria la auditoría del Tribunal de Cuentas porque los partidos
políticos promulgaran de una vez la ley que los regeneraría democráticamente:
“Ningún partido político, ninguna central sindical, podrá gastar un euro más de
lo que ingresen a través de las cuotas de sus afiliados”.
Luis María ANSON.
EL ESCÁNDALO DE LAS DEUDAS AMENAZA AL
FÚTBOL
Mientras el Real Madrid mantiene sus
cuentas equilibradas, gracias a la eficaz gestión de Florentino Pérez, la deuda
del Barcelona sobrepasa ya los 50 millones de euros. Las cifras generales del
fútbol preocupan a todos. Lo único que le falta a España es que se desencadene
un escándalo económico en torno al deporte rey. 3.600 millones de euros es la
deuda general de los clubes futbolísticos. De ellos Hacienda exige 752.
Como ni Ayuntamientos ni Comunidades
disfrutan de una situación confortable para hacer dádivas, el futuro de muchos
destacados clubes de España, desde el Málaga al Deportivo de la Coruña, pasando
por el Zaragoza o el Getafe, permanece incierto. Está claro, en todo caso, que
el natural afán de vencer o de jugar en Primera División ha conducido a los
presidentes de algunos clubes a gastar más de lo que podían.
Ante la situación actual, parece
obligado que el Gobierno intervenga. Por un lado, para paliar en lo posible las
deudas agobiantes; por otro lado, para exigir de los clubes máxima austeridad y
los recortes necesarios que equilibren la situación. Lo que no se puede dejar
es que la deuda se dispare y termine por estallar convertida en un gran
escándalo nacional e internacional. Hoy por hoy, el fútbol español está a la
cabeza del mundo con resultados de asombro. Sería lamentable que se oscureciera
el éxito deportivo de nuestros futbolistas con la explosión de la deuda. El
Gobierno de Mariano Rajoy tiene la obligación de anticiparse a algo que dañaría
la imagen de España. La gran política no consiste en curar, sino en prevenir.
Luis María ANSON.
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