El río grande andaluz
JOSÉ ANTONIO GRIÑÁN 29/03/2011
El Guadalquivir es el río grande
andaluz. Wadi al-Kabir, tal y como lo denominaron los árabes. "El gran rey
de Andalucía, de arenas nobles ya que no doradas", en palabras de Góngora.
Nadie puede dudar de su naturaleza profundamente andaluza, ya que más del 90%
de sus 657 kilómetros discurren por nuestra comunidad y en su valle vive más de
la mitad de nuestra población.
El problema del agua
Perseguimos una gestión transparente y
eficiente del Guadalquivir
Arteria de la región, ha condicionado la
fisonomía de nuestra tierra y el carácter de nuestro pueblo. A lo largo de la
historia, la riqueza de su cuenca y su condición de río navegable han atraído
hacia el sur a las civilizaciones tartésica, fenicia, romana, visigoda, árabe y
vikinga. Mareas culturales que han dejado huella en sus riberas y sus gentes,
conformando con el correr del agua y del tiempo una identidad propia que el
devenir histórico convertiría en puerta abierta al mundo.
Desde su desembocadura, a bordo de
galeones y naos, se impulsaron grandes descubrimientos geográficos y se
abrieron nuevas rutas comerciales y de conocimiento. El río nos proporcionó una
manera de vivir, una cultura milenaria, riega nuestros campos y vertebra
nuestra tierra.
Por todo ello, la ambición y el
compromiso político del Gobierno andaluz sigue siendo conseguir la mejor
gestión posible de un recurso clave para esta comunidad como es la cuenca del
Guadalquivir. Propósito que no ha alterado la reciente sentencia del Tribunal
Constitucional que ha anulado el artículo 51 de nuestro Estatuto de Autonomía,
fallo que respetamos y acatamos.
Artículo que, conviene recordar,
establecía la competencia exclusiva de la Junta de Andalucía sobre las aguas
del Guadalquivir que transcurren por territorio andaluz "y no afectan a
otra comunidad, sin perjuicio de la planificación general del ciclo
hidrológico, de las normas básicas sobre protección del medio ambiente, de las
obras públicas hidráulicas de interés general y de lo previsto en el artículo
149.1.22 de la Constitución Española".
El Gobierno andaluz acata y respeta la
sentencia del Tribunal Constitucional, pero tiene la convicción de que el
Guadalquivir es andaluz. Más de la mitad de la población andaluza, casi cinco
millones de personas, vive en los márgenes de este río. El 90,22% de su cuenca
discurre por tierras andaluzas.
El Ejecutivo andaluz y el Gobierno de
España estamos de acuerdo en que existe margen legal para que la voz de
Andalucía sea importante en el Guadalquivir. La explicación es sencilla. Si
defendemos una Administración pública más ágil, cercana y útil, parece lógico
que la gestión de un río mayoritariamente andaluz tenga la impronta de
Andalucía.
Hemos de ser capaces de establecer la
fórmula constitucional y legal más adecuada para abanderar la gestión de
nuestro río, para garantizar el protagonismo de Andalucía en la toma de
decisiones de una manera clara y determinante, haciéndolo además en el marco
que el Tribunal Constitucional ha fijado.
Queda por delante un trabajo arduo,
complejo y sin precedentes de arquitectura jurídica, que habrá que hacer en el
marco de lo dispuesto por el Alto Tribunal: respetando las competencias del
Estado, de las otras comunidades autónomas sobre las que también discurre el
Guadalquivir y la capacidad de gestión de la Junta de Andalucía sobre sus
recursos.
Tendremos que buscar una forma de
ejecución distinta, consensuada, de entendimiento, que nos permita desarrollar
un nuevo modelo competencial y la normativa que lo ponga en marcha con plena
seguridad jurídica. Ahora bien, no se trata de partir de cero.
Durante los dos años en los que
Andalucía ha liderado la gestión del río hemos mantenido un contacto permanente
con las otras regiones de su cuenca. Hemos sido escrupulosamente respetuosos
con su opinión y sus derechos, a través del Comité de Autoridades de la
Confederación Hidrográfica del río. Ese es el camino.
El nuevo modelo de gestión ha de
apoyarse, como no podía ser de otra manera, en nuestro Estatuto de Autonomía,
que concitó un apoyo político casi unánime del Congreso de los Diputados y que
fue refrendado por el pueblo andaluz. Un texto normativo del que sus artículos
43 y 50 han sido declarados plenamente constitucionales.
En este sentido, se garantizarán
principios de unidad de cuenca, así como aquellos otros que ya reservaba el
propio artículo 51 al Estado, tales como la planificación general del ciclo
hidrológico, las normas básicas sobre la protección del medio ambiente y las
obras hidráulicas de interés general. Y, junto a ello, la máxima capacidad de
decisión de la Junta de Andalucía en la gestión del río.
Perseguimos una gestión transparente y
eficiente del Guadalquivir, que combine el respeto a su ecosistema y el
progreso económico que supone para nuestra tierra como autopista fluvial y
motor turístico. Un Guadalquivir que es de los que lo contemplan, de los que lo
navegan, de quienes riegan con su agua, de los que lo protegen, de los que lo
visitan... Un río, que como decía Federico García Lorca, "va entre naranjos
y olivos" y que ha de ser, como lo ha sido siempre, punto de encuentro de
todos y canal de apertura al mundo.
José Antonio Griñán Martínez es
presidente de la Junta de Andalucía.
Lanzas cobró trece millones de euros a
cuenta de los ERE
M.B/ A. R. V. / SEVILLA. La juez le
imputa en el auto de prisión un importante incremento de su patrimonio con
cuatro casas y un chalé en la playa
Un mediador de los ERE pagó 4,3 millones
en comisiones a sindicatos
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