En un informe de 2010
El PSOE avaló subir las tasas universitarias hasta el 100%
Un estudio de la Fundación Alternativas con el sello del grupo parlamentario socialista denuncia el modelo de financiación de la educación superior.
Portada del informe de la Fundación Alternativas.
El PSOE avaló en 2010 un informe que pedía un aumento de las tasas universitarias para que representasen, al menos, el 70% del coste real. Parece extraño, dado el aluvión de críticas que la reforma educativa del Gobierno ha provocado en el principal partido de la oposición.
Desde que se conoció la intención del ministro José Ignacio Wert de subir las tasas universitarias, prácticamente todos los dirigentes socialistas, empezando por su líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, han acusado al Gobierno de crear una universidad sólo para ricos, acabar con el Estado del Bienestar o privatizar la educación pública, etc... Este lenguaje es habitual en el mundo político, pero resulta curioso que lo utilice un partido que hace un año avaló el informe Propuestas para la Reforma de la Universidad española, en el que se incluían medidas similares (sólo que aún más avanzadas) a las aprobadas en las últimas semanas.
El estudio en cuestión fue encargado por la Fundación Alternativas. Éste es un think tank muy cercano a Ferraz y en su patronato figuran Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero o Mercedes Cabrera. Pero el informe, editado por Daniel Peña, contó también con el aval del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso, que incluyó su logo en la portada del trabajo.
De los ocho artículos que componen el informe, posiblemente el más interesante (y polémico) sea el primero, firmado por Juan José Dolado. Este profesor de la Universidad Carlos III de Madrid es uno de los mejores conocedores del sistema educativo español y ha hecho en los últimos años varias propuestas imaginativas sobre cómo mejorar el mismo.
En este caso, Dolado estudia el coste para el erario público de la universidad y los retornos de la misma, junto con un examen del tipo de estudiante que acude a sus aulas y los incentivos a los que se encuentra. Podríamos decir que aplica las herramientas clásicas del análisis económico a esta institución. Como es un gran conocedor de la materia, sus conclusiones son realmente interesantes, aunque se salgan del discurso políticamente correcto habitual.
"Regresión social"
Para empezar, Dolado apunta a la existencia de dos disfunciones en el sistema universitario: la primacía de la cantidad sobre la calidad y el progresivo deterioro de los programas unido a los problemas de financiación de los centros.
El autor asegura que "la financiación de dicho sistema ha dado lugar a una situación de preocupante regresión social". Los estudios sitúan el rendimiento salarial de un año adicional de educación en un "7-10%", mientras que el rendimiento social es de un "1-3%". Es decir, que por cada año de universidad, el alumno ganará como mínimo un 7% más de sueldo de media y la sociedad en su conjunto tendrá una mejora del 3% como máximo. Por lo tanto, los universitarios de ahora serán las clases medias-altas del mañana. Además, los licenciados de entornos más favorecidos suelen tener "mayores facilidades para obtener réditos educativos más altos".
En resumen, "la financiación de nuestro sistema universitario da lugar a una situación en la que el contribuyente situado por debajo de la media en la distribución de la renta acaba subvencionando a aquellos que potencialmente se situarán en la parte más alta de la misma". Por eso, Dolado pide que nos acerquemos a un sistema más parecido al anglosajón, con "préstamos-renta y matrículas elevadas en función de la capacidad económica del alumno", combinado con "generosas becas" para los alumnos con talento de familias con reducida capacidad. Su propuesta es que las tasas sufraguen al menos "el 70% de su coste" e incluso apunta a que deberían ascender a cerca "del 100%" del total.
Lo cierto es que las catorce páginas del informe del profesor Dolado conforman un inteligente análisis del panorama universitario español. En este reducido espacio, desgrana con precisión muchos de los problemas que le aquejan y ofrece soluciones atrevidas. Lo único llamativo es que el PSOE, que hace dos años, utilizaba estos argumentos para pedir una reforma universitaria, ahora los descalifique con tanto estrépito.
Además, en el resto de los capítulos también se encuentran propuestas de cambio del sistema actual, que ahora parece intocable, como la que pide eliminar el carácter vitalicio y funcionarial del profesorado o fusionar universidades públicas, hasta que no queden más de 35.
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