jueves, 4 de octubre de 2012

El drama de España: cada trabajador sostiene a tres personas

El drama de España: cada trabajador sostiene a tres personas
El número de jubilados sube desde hace veinte años, el paro llega a máximos históricos y la afiliación está en niveles de hace una década.
El paro sube a 5,3 millones.
El PIB, la balanza de pagos, el déficit público o la prima de riesgo ocupan importantes espacios en las portadas de los medios. Conceptos e indicadores que hasta hace unos años eran privativos de un puñado de expertos ahora son manejados con normalidad por el ciudadano de a pie. Sin embargo, toda esa maraña de cifras hace que a veces olvidemos lo fundamental. Al final, para que haya crecimiento económico (en un país, una región o una empresa) lo que es necesario es trabajar, producir bienes y servicios que los demás quieran comprar y permitir que funcione el mercado.
Cada mes, el Ministerio de Empleo publica las cifras del paro en España. En medio de todos los gráficos sobre tendencias del empleo, sectores con más crecimiento o contratación temporal, aparecen algunos de los datos que mejor explican el drama que vive en estos momentos la economía española. El martes se publicó el informe correspondiente al mes de septiembre y es absolutamente descorazonador para cualquier que quiera empezar el nuevo curso con un poco de optimismo.

En España, según el INE hay 47,2 millones de habitantes. De estos, unos 8,7 millones son menores de 16 años, por lo que no cuentan para el empleo. Además, hay 15,4 millones de inactivos: es decir, personas mayores de 16 años que no trabajan ni buscan empleo. En este grupo, 8,7 millones pertenecen a pensionistas y 6,7 millones a otras personas que no están en el mercado de trabajo (estudiantes, amas de casa, etc...).
Con este panorama, quedan 23,1 millones de activos, algo menos de la mitad de la población. Pero claro, hay 5,7 millones de parados, por lo que el número de ocupados es de sólo 17,4 millones. Y no todos cotizan (excepciones como becarios y otras personas que figuran como ocupados en la estadística pero no tienen el alta en la Seguridad Social). De esta manera, según las cifras oficiales del Ministerio de Empleo, apenas 16,8 millones de afiliados soporta buena parte del armazón del Estado social que España dice ser. Teniendo en cuenta que somos 47 millones de habitantes, podríamos decir que cada trabajador sostiene casi tres personas (a él mismo y a dos más que no trabajan).
Las conclusiones que pueden sacarse de todas estas cifras son claras y preocupantes. Como decíamos antes, no hablamos de complicadas ratios económicas o índices especializados. Estos cuadros son la base sobre la que se sustenta todo el edificio de la economía española y cada vez es más estrecho. Es cierto que en todos los países hay un porcentaje elevado de la población que no trabaja (niños, estudiantes, ancianos,...) y es bueno que sea así. El problema en España es que ese porcentaje es bastante superior al de los países de su entorno, entre otras cosas porque buena parte de la población en edad de trabajar (de 16 a 64 años) no lo hace, por el alto índice de desempleo.
De esta manera, como puede verse en el siguiente gráfico, el número de afiliados ha estado cayendo de forma constante desde 2007. El problema es que son estos trabajadores con sus cotizaciones los que pagan las pensiones. De esta manera, hace apenas cinco años había 2,5 afiliados por pensionista y ahora apenas superan el 2. No es extraño que la Seguridad Social haya entrado en déficit por primera vez en su historia y que el Gobierno haya tenido que tirar de su fondo de reserva (la famosa hucha de las pensiones).
En lo que tiene que ver con la sostenibilidad de su sistema de pensiones, España vivió un momento de cierto alivio a finales de los 80 y comienzos de los 90. Un hecho desgraciado como la Guerra Civil tuvo como resultado que en esos años se jubilasen menos trabajadores de lo normal. Por el contrario, los integrantes del baby-boom de finales de los cincuenta y los sesenta están a punto de llegar a los 65 años, con las implicaciones que eso tendrá en el sistema público de pensiones. En 1970, la ratio entre trabajadores y pensionistas era de 5,6, mientras que en 2050 la previsión es que caiga hasta el 1,5. Además, un hecho positivo, como es que la esperanza de vida entre los españoles esté entre las mayores del mundo, supone, sin embargo, un nuevo elemento de tensión para el sistema.
Por otro lado, de los 16,8 millones de afiliados (o los 17,4 millones de trabajadores), hay 3,1 millones de trabajadores del sector público, es decir, que tienen un empleo que se financia a través de los impuestos (también de los que pagan ellos mismos). En total, quedan alrededor de 14 millones de empleados del sector privado, el que verdaderamente genera riqueza y produce bienes y servicios para el mercado, para esos 47 millones de personas de los que hablábamos antes.
Si la foto es preocupante en términos absolutos, tampoco es tranquilizadora cuando se compara con el resto de los socios europeos. España es uno de los países en los que el porcentaje de población mayor de entre 16 y 64 años que trabaja es menor. Entre los grandes países de la UE, sólo Italia presenta peores cifras, con la diferencia de que en ese país esto es debido a que hay un gran porcentaje de la población inactiva (gente que no quiere entrar en el mercado de trabajo), mientras que en España la razón principal es el paro. Así, el 69,1% de los franceses de entre 16 y 64 años trabaja; el 76,3% de los alemanes; el 73,6 de los británicos y el 77% de los holandeses. Por el contrario, sólo el 61,6% de los españoles y el 61,2 de los italianos lo hacen


Los datos de septiembre de 2012 y los anteriores.

Septiembre registró 79.645 parados más en comparación con agosto, hasta superar nuevamente los 4,7 millones, mientras que la Seguridad Social perdió 86.174 cotizantes, reduciendo el número total de ocupados hasta los 16,8 millones.
Los datos siguen siendo pésimos y el drama del desempleo sigue castigando a la sociedad. Pero, sin embargo, a diferencia de lo que pregonan el PSOE y los sindicatos, que culpan directamente a la reforma laboral de todos los males, la reciente evolución del mercado laboral arroja ciertos factores positivos a tener en cuenta.
En primer lugar, septiembre es un mes en el que tradicionalmente se destruye empleo como consecuencia del fin del período veraniego, y además cabe recordar que España sigue inmersa en una dura recesión económica que dificulta hasta el extremo la reducción del paro.
Pese a ello, la economía está reaccionando mucho mejor ahora que en 2009, último año en el que se registró una contracción del PIB.
Así, el número de parados aumentó en 478.535 personas respecto a septiembre de 2011, frente a los 1,08 millones registrados en el mismo mes de 2009.
Y lo mismo sucede con la caída de la afiliación a nivel interanual: 625.759 cotizantes menos frente a una pérdida superior al millón de empleos en septiembre de 2009.
Así pues, la reforma laboral está logrando contener el deterioro del mercado de trabajo de forma mucho más eficaz que el anterior marco regulatorio, gracias al mayor margen de actuación que ofrece a los empresarios.
Pero aún más relevante es el hecho de que, a diferencia de lo que sucedió bajo el mandato de Zapatero, las Administraciones Públicas han comenzado a reducir sus plantillas, tal y como exige la senda de austeridad emprendida por el actual Gobierno.
El volumen de empleados públicos aumentó en 350.000 personas entre 2008 y 2011. Desde entonces, ya se ha reducido en 220.000 efectivos, lo cual explica una parte sustancial de la evolución al alza del paro hasta septiembre.

Els Països Catalans i la Mar Catalana.



miércoles, 3 de octubre de 2012

La costumbre de hablar de las naciones como si fueran personas ha facilitado la errónea creencia, puramente ideológica, de que también con ellas tienen derechos.



“Somos menos libres de lo que creemos y de los que parecemos (…). Tal vez  no hay por eso, mayor despropósito moral como el de creer en la posibilidad de autodeterminación de los pueblos o naciones. Posibilidad que no sólo está negada en la historia de la humanidad, sino en la misma lógica de la cosa nacional.
España, como las demás naciones, no ha sido fruto de una decisión voluntaria de sus pobladores, renovada cada día en una especie de plebiscito de 24 horas (…). Ni tampoco es un producto contractual del consenso de los poderosos o del asentimiento de los pueblos que la integran.
Hablar de autodeterminación histórica, para mezclar la idea de destino con la libertad, es un contrasentido que no dice absolutamente nada.
La doctrina de la autodeterminación histórica de los pueblos es, en el fondo, una versión profana de la antigua teología providencial.
Los pueblos han recogido, en su historia milenaria sin retorno, oscilantes periodos de en de engrandecimiento y de empequeñecimiento material, de renacimiento y decadencia de sus civilizaciones técnicas y de sus cultura morales, sin que la libertad interior de sus miembros individuales ni la fatalidad de sus destinos colectivos  hayan tenido mucho que decir en esas grandes mutaciones.
Además de las pasiones colectivas que orientan en una comunidad la conducta gregaria de los individuos, libres o esclavos, que la integran, desde siempre se ha sabido (…) que el clima y las condiciones ecológicas del medio ambiente has desempeñado un papel decisivo en el desarrollo discretamente desigual de la humanidad y en la formación de las naciones.
Esto no quiere decir que (…) en los egoístas genes de la materia viva, esté escrita la historia, dichosa o desdichada de los pueblos, como está en el código genético la biografía animal de las personas.
Por ello, porque no está predeterminada, España no ha sido, no es y no será  una unidad de destino nacional en lo universal (como pretendió el franquismo) y porque no es un producto de la voluntad de los españoles, España tampoco puede ser una pluralidad de destinos particulares en lo común europeo, como pretende el postmodernismo juancarlista.

Dos mundos de existencia virtual donde la realidad es suplantada por la imagen, donde el ser es suplantado por el "parecer" y la personalidad por la “impresión” que se debe dar de ella.
Entre esas palabras mágicas que componen el vacío de los discursos, con imágenes de generosidad (solidaridad), de esperanza (progreso) y de sabiduría técnica (modernidad), hay una voz relativa a la justicia que se tiene reservada para zanjar discusiones conflictivas entre ambiciones sociales opuestas o divergentes: “derecho, tener derecho”.
El bando que consigue designar con la palabra “derecho” a su “ambición”, y que así la llamen quienes no están comprometidos en el pleito, ha comenzado a ganarlo.


(…)  Tan arraigada está la creencia de que las naciones, puros hechos de existencia humana, tienen derechos subjetivos como si fueran personas, que hasta los diccionarios de teología definen el hecho de autodeterminación como derecho natural..”
(…) La costumbre de hablar de las naciones como si fueran personas ha facilitado la errónea creencia, puramente ideológica, de que también con ellas tienen derechos (…)

“España, sin necesidad de invocar ningún derecho, es un hecho de existencia  nacional, con el que se topan las generaciones sucesivas de todos los pueblos que nacen y se reproducen en su territorio.
Cataluña y el País Vasco, en cambio, no son hechos de existencia nacional, aunque una parte de sus habitantes los reclaman y desean imponer como derechos.
Al no ser regiones sometidas a la ocupación de una potencia  extranjera, el derecho de autodeterminación nacional no puede ser reivindicado ante ningún tribunal de justicia internacional. De ahí a que sólo pueda esgrimirse ante la opinión pública interna, mediante una continua oposición nacionalista al Estado que los deniega.
(…) el derecho de autodeterminación  es invocado por las nacionalidades lingüísticas españolas como las personas lo hacen con el derecho de legítima defensa. Para justificar la acción directa.

(…) Si escuchamos y creemos lo que dicen los nacionalistas, no dudaríamos en calificar  la situación que sufren  sus regiones como la de un estado de necesidad o peligro permanente que les obliga a separarse de las demás, o a cambiar su modo de relacionarse con ellas, por una razón tan elemental como la legítima defensa. Pero si observamos la conducta de los nacionalistas a lo largo de las distintas situaciones políticas que han conocido en la Historia nacional del estado, llegamos a la conclusión de que nos es la legítima defensa, sino el oportunismo, lo que impulsa su movimiento centrifugador.
La resistencia nacionalista disminuye cuando más necesaria sería, o sea, cuando la dictadura persigue y reprime las más primeras manifestaciones de particularismo. Y aumenta en la mis medida, en que deja de ser necesaria, o sea, cuando la libertad cultural es plena.
Esta observación es suficiente para sospechar que el único objetivo y el único móvil de las organizaciones nacionalistas es la envidia de poder. No el poder social en sus regiones, sino el poder político en un Estado.
Que lo buscan, bien sea convirtiendo en estatales sus plataformas regionales de poder o bien dotándose de un Estado propio. Y así, en su ambición de poder estatal, se diferencias de los demás  partidos en el pretexto ideológico que da fundamento social a sus pretensiones de ser cabeza de ratón antes que cola de ratón.
Si esta sospecha se confirmara, como toda hipótesis, con la experiencia histórica del movimiento nacionalista, el tan cacareado derecho de autodeterminación sólo sería un cornetín de enganche para la batalla del poder, para la conquista de un Estado propio.

martes, 2 de octubre de 2012

Demoledor articulo publicado en Alemania sobre situación real de España.





 Traducción del artículo supuestamente publicado en varios periódicos económicos alemanes por su corresponsal en España.

Hoy, 6 de septiembre, se encuentran en Madrid los gobiernos de Alemania y España, acompañados de un nutrido grupo de empresarios, y donde seguro hablarán sobre las condiciones para poder otorgar más ayudas financieras a España o a su sistema bancario.
En los dos lados se ha elevado el tono en los últimos meses y es con gran expectación que España espera ahora la decisión que va a tomar el Tribunal Constitucional alemán, que esa sí es crucial, el día 12, sobre la conformidad o no del rescate europeo y las obligaciones derivadas para los alemanes.
En Alemania crece la crítica contra la supuesta “mentalidad de fiesta” de los españoles; en España los medios cada vez son más negativos con la supuesta dureza de la canciller Merkel.
Pensamos que la situación es mucho más compleja de lo que presentan ambos gobiernos y la mayoría de los medios.
España no es Grecia, pero España puede ser un paciente crónico si Alemania, junto con Europa, no contribuye a solucionar sus verdaderos problemas.
España no debería recibir más dinero sin que se cambie a fondo el sistema político y económico, hoy en manos de una oligarquía política aliada con la oligarquía económica y financiera, y sin que se aumente la participación ciudadana real en las decisiones políticas.
Para no perpetuar la crisis y endeudar a los españoles durante generaciones, el Gobierno español debe reformar a fondo la administración de las comunidades autónomas y los ayuntamientos, en su mayoría en bancarrota y completamente fuera de control, sometiendo a referéndum el modelo de Estado.
Este tema es la clave del futuro de España, porque las regiones, ayuntamientos y diputaciones son los responsables de los dos tercios del gasto público -234.000 millones frente a 118.000 el Estado en 2011-, excluyendo la Seguridad Social -23.000 millones-, y este gasto se realiza en condiciones de descontrol, despilfarro y corrupción totalmente inaceptables.
Las razones verdaderas de la crisis del país, en consonancia con lo dicho, nada tienen que ver con salarios demasiado altos -un 60 % de la población ocupada gana menos de 1.000 euros/mes-, pensiones demasiado altas -la pensión media es de 785 euros, el 63% de la media de la UE -15- o pocas horas de trabajo, como se ha trasmitido a veces desde Alemania.
A España tampoco le falta talento, ni capacidad empresarial ni creatividad.
Tiene grandes pensadores, creativos, ingenieros, médicos excelentes y gestores de primer nivel.
La razón de la enfermedad de España es un modelo de Estado inviable, fuente de todo nepotismo y de toda corrupción, impuesto por una oligarquía de partidos en connivencia con las oligarquías financiera y económica, y con el poder judicial y los organismos de control a su servicio.
En España no existe separación de poderes, ni independencia del poder judicial, ni los diputados representan a los ciudadanos, solo a los partidos que los ponen en una lista.
Todo esto lleva también a una economía sumergida que llega al 20% del PIB y que frena la competencia, la eficacia y el desarrollo del país.
Además, detrae recursos con los que podrían financiarse educación y sanidad.
Las ayudas para España, igual que para otros posible candidatos de rescates, no deben ir a bancos ya casi en bancarrota y fuertemente politizados.
En la CAM, el Gobierno ha comprometido 16.000 millones de dinero público en lugar de cerrarla; en Bankia, 23.000, y el Ejecutivo acaba de darle 5.000 millones urgentemente para cubrir pérdidas en vez de cerrarla, y además de forma tan extraña que despierta todo tipo de recelos.
¿Por qué se ha utilizado el dinero de los españoles (FROB) en vez de esperar los fondos de la UE?
Es lícito suponer que la razón es la siguiente: los bancos no quieren que la UE investigue sus cuentas.

Control estricto y duras condiciones:
Ya el caso de Grecia ha demostrado que las ayudas europeas tienen que estar vinculadas a un control estricto y condiciones duras.
Esas condiciones no pueden solamente representar recortes sociales o subidas brutales de impuestos, como hace ahora el Gobierno de Mariano Rajoy con la excusa de Europa.
Se tiene que cambiar más en España que cortar gasto social, que de todos modos es mucho más bajo que en Alemania, y hay otros gastos infinitamente más relevantes que se pueden eliminar.
Además, los casos de corrupción resultan tan escandalosos, incluso en el propio Gobierno, que uno solo puede llegar a una conclusión: el dinero de Europa no puede ser manejado por  personas tan increíblemente venales.
La pasada semana el ministro de Industria Soria - imputado también por corrupción urbanística en Canarias - acusó al ministro de Hacienda en el Consejo de Ministros de favorecer descaradamente a la empresa líder de renovables, Abengoa, de la que había sido asesor, en la nueva regulación de estas energías, que reciben más de 7.000 millones de euros de subvenciones anualmente.

Y Rajoy, al que entregó una carta probatoria, ni dijo ni hizo absolutamente nada.
No puede permitirse por más tiempo este nivel de corrupción, y menos aún a 17 regiones funcionando como estados independientes, con todos los organismos multiplicados por 17, desde 17 servicios meteorológicos a 17 defensores del pueblo, con 200 embajadas, 50 canales de TV regionales en pérdida, 30.000 coches oficiales o 4.000 empresas públicas que emplean a 520.000 personas, creadas específicamente para ocultar deuda y colocar a familiares y amigos sin control ni fiscalización alguna.
En conjunto, unos 120.000 millones, equivalentes al 11,4% del PIB, se despilfarran anualmente en un sistema de nepotismo, corrupción y falta de transparencia.
Y con esto se tiene que acabar, entre otras cosas, porque ya no hay dinero.
Los últimos datos de las cuentas públicas conocidos la pasada semana son escalofriantes.
El déficit del Estado a julio ascendió al 4,62% del PIB, frente a un déficit del 3,5% comprometido con la UE para todo el año (del 6,3% incluyendo regiones y ayuntamientos).
Pero lo realmente inaudito es que España está gastando el doble de lo que ingresa: 101.000 millones de gasto a julio frente a 52.000 millones de ingresos, y precisamente para poder financiar el despilfarro de regiones y ayuntamientos, que no están en absoluto comprometidos con la consolidación fiscal.
El tema del déficit público es algo que roza la ciencia ficción, y que ilustra perfectamente la credibilidad de los dos últimos gobiernos de España.
En noviembre de 2011, el Gobierno dijo que el déficit público era del 6% del PIB; a finales de diciembre, el nuevo Gobierno dijo que le habían engañado y que el déficit era superior al 8%, y que se tomaba tres meses para calcularlo con toda precisión.

A finales de marzo, se dijo que definitivamente era del 8,5%, y ésta fue la cifra que se envió a Bruselas.
Dos semanas después, la Comunidad de Madrid dijo que sus cifras eran erróneas y el Ayuntamiento de la capital igual… el déficit era ya del 8,7%.
Sin embargo, la semana pasada el INE dijo que el PIB de 2011 estaba sobrevalorado y, con la nueva cifra, el déficit era del 9,1%; dos días después, Valencia dijo que su déficit era de 3.000 millones más; o sea, que estamos en el 9,4% y las otras 15 CCAA y 8.120 ayuntamientos aún no han corregido sus cifras de 2011.
Lo único que sabemos es que están todas infravaloradas.
El déficit real de 2011 puede estar por encima del 11%, y en 2012 se esta gastando el doble de lo que se ingresa.
Como dice el Gobierno de Rajoy, “estamos en la senda de convergencia”. Y es verdad… de convergencia hacia Grecia.
Claramente, la joven democracia española tiene todavía muchos déficits de representatividad y de democracia que deberían interesar a la canciller Merkel y también a Europa, si queremos evitar una Grecia multiplicada por cinco y salvar el euro.
Esto es lo que ha hecho posible el despilfarro masivo de las ayudas europeas, con una asignación disparatada de las mismas, a pesar de que estas ayudas han supuesto una cifra mayor que la del Plan Marshall para toda Europa.
Es frustrante que a causa de este sistema oligárquico nepotista y corrupto se destroce talento y creatividad y que ahora muchos jóvenes se vean forzados a trabajar fuera, muchos en Alemania.
Esa situación nos ha llevado a una distribución de riqueza que es de las más injustas de la OECD.  La antaño fuerte clase media española está siendo literalmente aniquilada.

Resumiendo: no es una falta de voluntad de trabajo, como se piensa tal vez en algunos países del norte de Europa, lo que hace que España sufra la peor crisis económica de su Historia.
Es un sistema corrupto e ineficiente.
La crítica del Gobierno alemán y sus condiciones para un rescate de España se deberían concentrar en la solución de esos problemas.
En caso contrario, solo conseguirán que una casta política incompetente y corrupta arruine a la nación para varias generaciones.
 *Stefanie Claudia Müller es corresponsal alemana en Madrid y economista.
Esquema de Oligarquía y Caciquismo del siglo XIX en España

Deutschland sollte Spanien harte Konditionen für weitere EU-Hilfen auferlegen

Am 6. September treffen sich in Madrid die Regierungen von Deutschlandund Spanien, dabei wurde schon im Vorfeld über die Konditionen von weiteren Hilfszahlungen an spanische Banken und die spanische Regierunggesprochen. Auf beiden Seiten hat sich die Stimmung in den vergangenen Monaten aufgeheizt. Mit Spannung erwartet Spanien die Entscheidung des Bundesverfassungsgericht am 12. September zum Europäischen Rettungsschirm.

In Deutschland wächst seit Monaten die Kritik an der angeblichen “Fiesta-Mentalität” der Spanier und in Spanien fahren die Medien einen immer kritischeren Kurs gegen das angeblich “harte Europa-Regiment Merkels”. Wir glauben, dass die Situation wesentlich komplexer ist als es von den Medien und Regierungen beider Länder dargestellt wird: Spanien ist nicht Griechenland, aber es könnte für Europa und die spanischen Bürger zu einem ähnlich chronisch leidenden Patienten werden, wenn jetzt nicht die wirklichen Probleme des Landes angegangen werden.

Spanien sollte kein Geld mehr bekommen, wenn es sein politisches und wirtschaftliches System nicht in seinen Grundsätzen ändert und das Mitspracherecht der Bürger garantiert. Um nichtGenerationen von Spaniern zu verschulden, sollte die spanischeRegierung zum Beispiel das Verwaltungssystem der 17 autonomen Regionen reformieren, wo es inzwischen 440 000 politisch besetzte Stellen gibt. Derzeit kostet den spanischen Bürgern allein die Verwaltung der 17 autonomen Regionen 12 Prozent des Bruttoinlandproduktes (BIP).

Dass liegt auch daran, dass viele gleiche Behörden auf zentraler undregionaler Ebene existieren. Die autonomen Regionen kommen alleine auf200 Botschafen, 4000 öffentliche Unternehmen und 50 Regional-TV-Kanäle. Die regionale Verwaltung und ihre ausuferenden Kosten sind ein zentrales Problem dieser Krise. In 2011 machte sie mit einem Volumnen von 234 Mrd. EUR Zweidrittel der gesamten Staatskosten aus.

Die wahren Gründe für die Verschuldung des Landes haben also wenig mit zu hohen Gehältern oder zu wenig geleisteten Arbeitsstunden zu tunoder gar zu hohen Renten wie es von deutscher Seite manchmaldurchklang. Spanien fehlt es auch nicht an Talent oder Kreativität, es hat viele exzellente Denker, Kreative, Ingenieure, Mediziner und Manager.

Vielmehr krankt die spanische Wirtschaft an einer jahrzehntelangen Vetternwirtschaft und einer gefährlichen Verlinkung derselbigen mitder politischen Macht sowie einer chronischen Schattenwirtschaft, die bisher kaum bekämpft wurde, die rund 20 Prozent des BIP ausmacht.

Die Hilfen für Spanien und das gilt auch für andere europäische Mitgliedstaaten sollten deswegen nicht in marode undpolitisierte Banken gesteckt werden wie im Fall von Bankia, da die wirkliche Situation der in Bank umgewandelten Sparkassen-Gruppe schwer abzuschätzen ist, die Zahlen und Bilanzen, die veröffentlicht wurden und werden zweifelhaft sind.

Die Verlinkung des Kreditinstituts mit der Politik und der aktuellen Regierung läßt vermuten, dass statt zu entpolitisieren und neuauszurichten, die Milliarden-Hilfenvor allen Dingen in bereits bestehende falsche Strukturen investiert werden. Bankia wurden bereits vom spanischen Staat 23 Mrd. EUR zugestanden. Weitere Hilfen sollen von Brüssel kommen. 60 Mrd. EUR wurden von Bankia bereits reklamiert. Statt den scheidenden, gescheiterten Bankia-Vorstandsmitgliedern auch noch Abfindungen in Millionenhöhe zu zahlen, sollte überlegt werden, ob diese Bank wie viele andere in Spanien und ausserhalb Spaniens, nicht besser geschlossen statt mit Steuergeldern gerettet werden sollte.

Schon der Fall Griechenland hat gezeigt, dass EU-Hilfen an starke Kontrollen und Auflagen gekoppelt werden müssen, die nicht nur an der Oberfläche kratzen dürfen. Die Konditionen können nicht nur Sparmassnahmen nach der Schlachtermethode beinhalten wie es die Regierung von Mariano Rajoy derzeit praktiziert, auch auf Druck der deutschen Regierung.

Es muss deswegen in Spanien mehr getan werden, als Sozialausgaben zu kürzen, die im Vergleich zu Deutschland bereits sehr gering sind. Milliardenvon Euro gehen seit Jahren in einem aufgrund der Vetternwirtschaft und Korruption ineffizienten und völlig undurchsichtigen Wirtschaftssystem verloren. Das muss bekämpft werden.

Denn die junge Demokratie Spanien hat immer noch große Defizite und auch das sollte Brüssel und die Kanzlerin Merkel interessieren, soll Griechendland II vermieden und der Euro wirklich gerettet werden. Spaniens Justizsystem ist anders als in Deutschland immer noch stark mit den beiden Volksparteien PP und PSOE verbunden, die bisher abwechselnd, wie derzeit der Fall, teilweise auch mit absoluter Mehrheit regieren.

Koalitionen nach deutschem Muster, gar große Koalitionen, sind unbekannt und leider in Spanien derzeit nicht durchsetzbar und die derzeit regierende Partei verabschiedet viele Entscheidungen per Dekret, ohne Debatte im Parlament oder in der Gesellschaft. Das spanische Verfasssungsgericht hat anders als das deutsche wenig Einfluss auf die aktuelle Politik, es wird auch instrumentalisiert.

Deswegen versteht man in Spanien auch schwer, die Macht und Unabhängigkeit des deutschen Verfassungsgericht, das viele politische Entscheidungenblockieren kann und jetzt am 12. September auch über die ZukunftSpaniens mitentscheidet, indem es über die Vereinbarkeit der europäischen Bankenrettung und des Rettungsschirm mit deutschem Recht entscheidet.

Auch die wirtschaftlichen Kontrollorgane sind in Spanien nicht unabhängig vom Machtapparat der politischen und wirtschaftlichen Oligarchie, weswegen der harte Unabhängigkeitskurs der deutschen Bundesbank auf sehr viel Skepsis in Spanien stösst. Aber das erklärt auch, dass bereits mehrfach Unternehmer wie im Fall des Banco Santander Vize Alfredo Sáenz trotz Verurteilung weiter im Amt bleiben und später sogar von der Regierung begnadigt werden.

Und auch die spanische Bankenaufsicht hat in den vergangenen Jahren nicht mehr effizient ihre Arbeit ausgeführt, weil niemand der Machthabenden in Spanien, und anscheinend auch nicht in Deutschland, ein Interesse hatte, die spanische Immobilienblase platzen zu lassen, die auch von vielen ausländischen Banken mitfinanziert wurde. Damit haben natürlich auch europäische Kontrollorgane, trotz Stress-Tests,versagt, rechtzeitig auf die Bremse zu drücken bei den wachsenden Kreditvolumina der Banken, die auch 2007 noch in Spanien vorherrschten.

Spanien hat definitiv von Europa profitiert, indem es mehr anEU-Hilfen erhalten hat in den vergangenen 20 Jahren alsGesamteuropa durch den Marshall Plan. Weil die Kontrollen schon damals wenig effizient waren, wie die Strukturhilfen verwendet wurden, muss Deutschland und Brüssel sich vorwerfen lassen, die Immobilienblase mitkreiert zu haben. Stattin Ausbildung und Innovation floss das EU-Geld für Spanien in die heimische Bauwirtschaft.

Der Fall Griechenlands ist natürlich wesentlich dramatischer als der Spaniens, aber der Fall Spanien ist wegen der Bedeutung der Wirtschaft und der Verflechtung mit deutschen Interessen weitaus gefährlicher für den europäischen Frieden. Die aufgeheizte öffentliche Debatte in beiden Ländern belastet die bilateralen Beziehungen. Man denke nur an die vielen Hundertausende von Deutschen, die Ferienhäuser in Spanien unterhalten oder die Millionen, die dort jedes Jahr in Urlaub fahren.

Frustierend ist, dass seit Jahren in Spanien Talent und Kreativitätdurch die Vettern- und Schattenwirtschaft zerstört wird und jetzt viele der gut Ausgebildeten nach Deutschland gehen, wo die Arbeitslosigkeit Rekordtiefe erreicht hat. Die Verteilung des Reichtums in Spanien dagegen wirdimmer schieflastiger.

60 Prozent der spanischen Bevölkerung verdient weniger als 1000 Euro im Monat, die durchschnittliche monatliche Rente beträgt gerade mal 785 EUR, das sind 63 % des EU-15-Durchschnitts. Kredite bekommen derzeit nur noch die Konzerne, welche eng mit Banken und Politik verflochten sind. Die kleinen Firmen sitzen schon seit 2007 auf dem Trockenen. Das läßt einen starken und gesunden Mittelstand bei Firmen, aber auch eine starke Mittelschicht in der Gesellschaft, wie wir sie aus Deutschland kennen, missen.

Es sind nicht die Spanier und der, wie man vielleicht in manchen deutschen Medien gerne propagiert, mangelnde Arbeitswille der Südländer, der schuld sind an der Schuldenkrise. Es ist vorallem ein ineffizientes und korruptes Wirtschafts- und Politiksystem. Die Kritik der deutschen Regierung und ihre Konditionen für EU-Hilfen sollten dort ansetzen.

*Stefanie Claudia Müller, Korrespondentin der Wirtschaftswoche in Spanien und Doktorandin der Wirtschaftsfakultät der San Pablo CEU in Madrid und Roberto Centeno, Wirtschaftsprofessor der Polytechnischen Universität in Madrid


La doctrina de la autodeterminación histórica de los pueblos es, en el fondo, una versión profana de la antigua teología providencial.



“Somos menos libres de lo que creemos y de lo que parecemos (…). Tal vez  no hay por eso, mayor despropósito moral como el de creer en la posibilidad de autodeterminación de los pueblos o naciones. Posibilidad que no sólo está negada en la historia de la humanidad, sino en la misma lógica de la cosa nacional.
España, como las demás naciones, no ha sido fruto de una decisión voluntaria de sus pobladores, renovada cada día en una especie de plebiscito de 24 horas (…). Ni tampoco es un producto contractual del consenso de los poderosos o del asentimiento de los pueblos que la integran.
Hablar de autodeterminación histórica, para mezclar la idea de destino con la libertad, es un contrasentido que no dice absolutamente nada.
La doctrina de la autodeterminación histórica de los pueblos es, en el fondo, una versión profana de la antigua teología providencial.
Los pueblos han recogido, en su historia milenaria sin retorno, oscilantes periodos de en de engrandecimiento y de empequeñecimiento material, de renacimiento y decadencia de sus civilizaciones técnicas y de sus cultura morales, sin que la libertad interior de sus miembros individuales ni la fatalidad de sus destinos colectivos  hayan tenido mucho que decir en esas grandes mutaciones.
Además de las pasiones colectivas que orientan en una comunidad la conducta gregaria de los individuos, libres o esclavos, que la integran, desde siempre se ha sabido (…) que el clima y las condiciones ecológicas del medio ambiente has desempeñado un papel decisivo en el desarrollo discretamente desigual de la humanidad y en la formación de las naciones.
Esto no quiere decir que (…) en los egoístas genes de la materia viva, esté escrita la historia, dichosa o desdichada de los pueblos, como está en el código genético la biografía animal de las personas.
Por ello, porque no está predeterminada, España no ha sido, no es y no será  una unidad de destino nacional en lo universal (como pretendió el franquismo) y porque no es un producto de la voluntad de los españoles, España tampoco puede ser una pluralidad de destinos particulares en lo común europeo, como pretende el postmodernismo juancarlista".


El Roto en El País